Philippe Coutinho ha pasado de ser un promesa en la selección brasileña a catapultarse al estrellato en apenas tres actos, o mejor, en los tres goles que anotó a Haití en la Copa América Centenario.

Brasil estaba sediento por hallar un jugador dispuesto a asumir el rol de protagonista y que rellenase el inmenso vacío que aún supone la ausencia de Neymar en la competición.

La goleada a Haití (7-1), aunque no despeja todas las dudas que se ciernen sobre la Canarinha por la debilidad del equipo caribeño, sí sirvió para encontrar en Coutinho un nuevo referente en la pentacampeona del mundo.

El jugador del Liverpool llegó a la Copa América con el cartel de suplente, pero se hizo con un lugar en el once por lesión de última hora de Douglas Costa, que era el candidato a sustituir a Neymar, y supo aprovechar a la perfección esta oportunidad.

Con esas palabras le reconoció Dunga su labor después del partido de Haití, algo que, en una selección tan competitiva como la brasileña, tiene un significado claro: Muy difícilmente ya nadie le arrebatará la titularidad durante la Copa América.

Desde 2010 Neymar es el único jugador que había anotado tres goles en el mismo partido con la selección brasileña, pero más allá del triplete, Coutinho dejó contento a Dunga porque hizo los deberes que le había impuesto.

El seleccionador había exigido que el equipo tirase más a puerta después del tibio debut ante Ecuador (0-0) y a Coutinho, en especial, le pidió que arriesgase más desde fuera del área y que se asemejase "al del Liverpool".

Coutinho tomó nota con dos auténticos cañonazos con los que hizo el primero y el último gol de la noche, además oxigenó el juego de Brasil con sus pases e hizo gala de cierto oportunismo en su segundo gol.

También mostró un buen repertorio de jugadas individuales y por primera vez brilló en la selección al nivel del Liverpool, en el que fue elegido el mejor jugador del equipo en las dos últimas temporadas en Inglaterra.

La noticia de la explosión futbolística de este joven jugador de 23 años era aguardada con ansiedad desde hace mucho tiempo en Brasil.

La precocidad de Coutinho le llevó a lucir galones de aspirante a estrella desde que era un muchacho imberbe y con el rostro picado por el acné.

Fue uno de los protagonistas del título Sudamericano Sub'15 que logró Brasil en 2007 y un año después, cuando aún jugaba en categoría juvenil, firmó un contrato millonario con el Inter de Milán, aunque por las reglas del mercado de fichajes de Italia permaneció en Brasil, en el Vasco da Gama, hasta cumplir 18 años.

Debutó en el primer equipo del Vasco da Gama con 17 años, jugó apenas una temporada en el club carioca con buenos resultados antes de dar el salto a Europa.

El Inter de Milán decidió ceder a Coutinho al Espanyol durante media temporada en 2012, para que se fogueara y en ese tiempo mostró sus cualidades y llamó la atención del Liverpool, donde aterrizó en enero de 2013 y donde su carrera ha comenzado a despegar.

En la selección debutó en 2010, a las órdenes de Mano Menezes, aunque no ha sido convocado de forma más o menos regular hasta el año pasado, cuando hizo su primer gol en un amistoso contra México y entró en la nómina de convocados a la Copa América de Chile.

No gozó de muchos minutos ni en el torneo continental ni en las eliminatorias del Mundial de Rusia de 2018, pero después de su brillante partido ante Haití, a buen seguro tendrá la oportunidad de mostrar de lo que es capaz.

EFE